En la pintura se observa a San José con túnica verde y portando la vara florida, así mismo se encuentra la Virgen María de rodillas con manto azul. En medio está el sacerdote sosteniendo al niño Jesús en brazos, detrás encontramos a la profetisa Ana y otro personaje no identificado sosteniendo una vela. Se encuentran dentro del Templo. El núcleo fundamental de la composición lo forma el grupo presentando al Niño Jesús a Simeón. Simeón- con ornamentos sacerdotales- entona su cántico reconociendo en el Niño al Salvador. Cerca de ellos está la profetisa Ana, de avanzada edad. San José suele ser el encargado de portar el cestillo con un par de tórtolas para el sacrificio. Puede haber otros personajes, a criterio del artista. Por último, a veces se ve un cortejo con cirios encendidos, por celebrarse a la vez la Purificación de María o fiesta de la Candelaria. En la Biblia esta escena está narrada: .."Así mismo, cuando llegó el día en que, de acuerdo con la Ley de Moisés, debían cumplir el rito de la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, tal como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También ofrecieron el sacrificio que ordena la Ley del Señor: una pareja de tórtolas o dos pichones. Había entonces en Jerusalén un hombre muy piadoso y cumplidor a los ojos de Dios, llamado Simeón. Le había sido revelado por el Espíritu Santo que no moriría antes de haber visto al Mesías del Señor. Había también una profetisa muy anciana, llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser... servía a Dios día y noche con ayunos y oraciones y no se apartaba del Templo. Llegó en aquel momento y también comenzó a alabar a Dios, hablando del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén "(Lucas: 2, 22-38).
