Se plasma el pasaje de la oración de Cristo en el huerto de Getsemani, cuando Pedro, Santiago y Juan, sus apóstoles, se han quedado dormidos y Cristo padece en soledad la angustia de la pasión que se aproxima y un ángel se acerca a consolarle. El ángel lleva en su mano el caliz de dolor que Cristo ha de beber.
Es un cuadro bastante oscuro, este evento acontece de noche y el pintor lo aprovecha para hacer uso del claro-oscuro barroco.