Representación antropomorfica de la Trinidad, como tres personajes iguales con atributos distintos en las manos o en el pecho que permiten distinguir a cada una de las personas divinas. Este tipo de representación fue desaconsejada después del Concilio de Trento. A los pies de los tres personajes se ven los Sagrados Corazones de Jesús y de María, lo que hace extraña y poco común esta imagen.