El beso de Judas

Descripción del bien mueble

Lienzo de formato vertical de composición abigarrada que muestra en el lateral derecho a un hombre de pie con túnica blanca hasta los pies. Tras él, otro le da un beso en la mejilla tomándolo desde atras por el brazo. El resto de la composición está ocupada en un agrupamiento cerrado de personajes, cuyas armas se pueden ver en la parte superior de la obra. Se trata de la escena de Judas cuando da un beso a Cristo antes de entregarlo a los soldados. La obra es interesante desde el punto de vista compositivo, ya que juega con planos espaciales de narración. Las figuras principales se destacan por la iluminación y porque pueden observarse de forma completa. Mientras el hecho principal del relato sucede (el beso) el soldado por el lateral izquierdo toma a Cristo del brazo, lo que subraya la continuidad del relato.
Los dramáticos momentos cuando empieza la Pasión de Jesús son descritos por los Evangelios, en ellos se cuenta como Judas había traicionado a su maestro por treinta monedas y guió a los soldados al lugar donde se encontraba en Gethsemaní. Al acercarse Judas saluda con un beso a Cristo en el rostro, a pesar que la costumbre judía mandaba besar en la mano a los maestros. Esta es finalmente la escena representada de una forma esquemática pero claramente reconocible. Una tradición iconográfica secular representa a Judas besando a Jesús en el rostro. Si bien los Evangelios no brindan detalles al respecto, la tradición judía mandaba que el discípulo besara la mano del maestro. El beso de Judas, que sirve de indicación para el grupo armado encargado de apresarlo, es la acción convenida para evitar error. En el arte italiano, Judas siempre besa a Jesús en la boca, ninguno de los Evangelios sinópticos aclara que dónde fue el beso. El personaje de Judas siempre aparece más bajo que Jesús, y esto puede estar relacionado con la forma en que las dimensiones de los personajes estuvieron en relación a su importancia simbólica desde el período medieval. La identificación de Judas muchas veces se completa porque lleva una bolsa que es la bolsa de las treinta monedas, precio por el cual vendió a Jesús. Esta escena precede en el relato al prendimiento, mucho menos representado en la iconografía novohispana.
VER: Schenone, Héctor; "Iconografía del arte colonial. Jesucristo", Buenos Aires, Fundación Tarea, 1998
Réau, Louis; Iconografía del arte cristiano. Iconografía de los santos. Tomo 1 / Volumen 2