Escultura de una mujer que representa a la virtud de la fe, lleva en una mano un cáliz, símbolo de la eucaristía, el mayor de los misterios cristianos, que supone la fe para su aceptación. Lleva también, los ojos ocultos por el velo que le cubre la cabeza, representando la oscuridad de la fe o la confianza en Dios que significa tener fe. Sus ropas son blancas en referencia a la pureza o intangibilidad de la fe.