Historia y actualidad del Catálogo

El origen del Catálogo Nacional de Monumentos Muebles e Inmuebles de Propiedad Federal (CNMMIPF) data de mediados del siglo XIX. La implementación de la Ley de Desamortización de Fincas Rústicas y Urbanas Propiedad de las Corporaciones Civiles y Religiosas​ (González Lezama, 2018)​ trajo la necesidad de levantar inventarios de los bienes desamortizados que quedaron bajo la administración de la Secretaría de Hacienda en 1856.

Las primeras décadas del siglo XX vieron florecer un interés renovado por estos monumentos de origen religioso virreinal. En los años 40 se publicaron las primeras obras de catalogación especializada en materia de estos monumentos históricos, a saber, el Catálogo de Construcciones Religiosas del Estado de Hidalgo y el Catálogo de Construcciones Religiosas del Estado de Yucatán, con la colaboración de conocedores como Luis Azcue y Mancera, Luis Vega Bolaños, Manuel Toussaint y Justino Fernández. La entonces Comisión de Inventarios, parte de la Dirección General de Bienes Nacionales de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, antecesora de la actual Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural (DGSMPC), desarrolló estos catálogos.  

A lo largo del siglo XX, la Dirección General de Bienes Nacionales formó parte de diversas Secretarías, a saber, la Secretaría de Bienes Nacionales e Inspección Administrativa (1958); la Secretaría del Patrimonio Nacional (1966); la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas (1975), en donde se crea la actual DGSMPC; la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (1982); la Secretaría de Desarrollo Social (1992); la Secretaría de Educación Pública (1994), y; la Secretaría de Cultura (desde diciembre de 2015).  

Este devenir evidencia el desarrollo de una perspectiva cultural y de protección hacia estos monumentos históricos de origen religioso que caracteriza la vocación del CNMMIPF de la DGSMPC, y sus herramientas de catalogación, las Cédulas de Bienes Inmuebles, las Cédulas de Bienes Muebles, los Estudios Monográficos y los cuestionarios a los responsables de los inmuebles.1 

La época más temprana de estas herramientas de catalogación tiene lugar en la década de los 70. Estas cédulas establecían un primer registro de identidad de los templos, de su ubicación y reportaban observaciones sobre el estado de conservación de los monumentos muebles (arte sacro) perteneciente a los templos virreinales. Posteriormente, el creciente interés de información especializada desarrolló campos de información para informar a propósito de las características de orden arquitectónico, histórico, estético e iconográfico de estos bienes.  

Miles de cédulas nacieron antes de la era digital. Sus formatos conjuntan información en texto manuscrito y mecanoescrito, a lápiz y tinta, fotografías de distintos tamaños, en blanco y negro y a color, así como croquis, dibujos a mano alzada y reprografías de diseños institucionales y plantas arquitectónicas.  

A partir del nuevo milenio, las cédulas se produjeron por medios digitales y la información contenida en dichas cédulas tuvieron su soporte en bases de datos.  Esta información se gestionaba en el “Programa Nacional de Catálogo e Inventario de Monumentos Muebles e Inmuebles de Propiedad Federal”, que permitía mantener un registro sistematizado de estos monumentos y facilitaba el acceso a la información por medio de una estación de consulta en las instalaciones de la DGSMPC.  

Hoy en día reconocemos el papel fundamental que juegan las herramientas tecnológicas para la conservación preventiva del patrimonio cultural y que la divulgación de la información sobre nuestros monumentos es la estrategia más importante para protegerlos. Es por eso que el CNMMIPF se propone dotarse de capacidades tecnológicas por medio de una plataforma para la gestión de la información y sus fuentes, así como para facilitar el acceso a dicha información nivel nacional e internacional. 

Dada la longevidad de los datos, éstos han pasado por un proceso de revisión, normalización y actualización que cumple ya con lineamientos de estandarización que garantizan en su gran mayoría la vigencia y la precisión de la información. En este sentido, informamos a nuestros lectores que los datos geográficos fueron actualizados para cumplir con los lineamientos de la Norma Técnica sobre Domicilios Geográficos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía y que trabajamos en mejoras de largo plazo como la incorporación de vocabularios controlados y taxonomías especializadas en materia del patrimonio cultural. 

Esta plataforma constituye apenas un paso, firme y sólido, en la desafiante misión de desarrollar nuevas herramientas de participación y documentación ciudadana, de análisis cualitativo y cuantitativo y de prevención de riesgos para nuestro patrimonio cultural a nivel nacional. 

Este proyecto es posible gracias a la colaboración entre la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, la Dirección General de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (DGTIC), y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, y al apoyo financiero del Cultural Property Agreement Implementation Grant otorgado por la Oficina de Asuntos Educativos y Culturales del Departamento de Estado del Gobierno de los Estados Unidos de América. 

1. Estos cuestionarios han recibido internamente el nombre de “Cédulas mínimas”, dada la breve información que lograron sustentar