Pintura que representa la escena conocida como la Adoración de los pastores se observan como personajes principales al Niño Jesús envuelto en una sábana sobre una cuna hecha de paja, a sus pies vemos a la Virgen María, vestida de rojo con manto azul, de rodillas y con las manos sobre el pecho, observa al niño; en la cabecera se presenta San José, de barba y pelo largo, vestido de café, tiene las palmas de las manos juntas, en actitud de oración. Alrededor observamos a cinco personajes identificados como los pastores. En el extremo izquierdo está una mujer de edad avanzada, de rodillas, vestida de blanco y rojo, en el extremo derecho observamos a un hombre y una mujer de rodillas. Detrás de San José encontramos un hombre de barba, está de pie observando al Niño. En la esquina superior derecha hay un hombre de pie el cual mira hacia el espectador. La Adoración de los pastores comúnmente se desarrolla dentro del portal de Belén, están el Niño Jesús, la Virgen María y San José, más acaso algunos ángeles. La pintura es de estilo colonial con un manejo discreto del claro-oscuro, La escena describe el pasaje bíblico: "Había en la misma comarca algunos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor, y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace. Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño, y todos lo que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho" (Lucas: 2,8-20).
