Pintura en la que se observa a Cristo clavado en la cruz, casi desnudo portando el paño de pureza, con tres clavos, pero sin la herida en el costado, tiene pelo largo y barba, y la mirada la tiene puesta hacia el cielo; a los pies de la cruz observamos un cráneo y una mujer de rodillas abrazando la cruz identificada como María Magdalena; de lado derecho observamos a un hombre joven de pie, que viste de verde y manto rojo, identificado como San Juan Evangelista y de lado izquierdo se encuentra la Virgen María que mira a su hijo en la cruz y se toca el pecho con la mano izquierda, está vestida de rosa y manto azul. La muerte de Cristo crucificado culmina el ciclo de la Pasión y por eso se colocaba en lo más alto de los retablos. La escena, ampliamente narrada por los evangelistas, puede sintetizarse en las figuras principales o bien puede desarrollarse con gran cantidad de personajes. La forma más simple de representar el Calvario se resume en las figuras de Cristo, la Virgen y San Juan Evangelista. El centro lo ocupa el Crucifijo. A su derecha está la Virgen María en actitud compungida, con el manto sobre la cabeza inclinada y las manos entrelazadas sobre el pecho. En el lado opuesto está San Juan, a veces con un libro como atributo, para expresar su dolor es muy frecuente que apoye la mejilla sobre su mano derecha. En el suelo y delante de la cruz puede haber una calavera y unos huesos humanos que recuerdan el nombre del monte Calvario y evocan la tradición de que allí estuviera la tumba de Adán. "Era la hora tercia cuando le crucificaron y estaba puesta la inscripción de la causa de su condena "El Rey de los Judíos" (Marcos: 15,25-27). "Llegada la hora sexta, la oscuridad cayó sobre toda la tierra hasta la hora nona. A la hora nona gritó Jesús con fuerte voz ¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?... Pero Jesús, lanzando un fuerte grito expiró" (Marcos: 15, 33,38).
Observaciones del bien mueble
Sobre la cruz se ve la inscripción que dice: I.N.R.I.
