El lienzo retrata la escena de la Epifanía. En un escenario abierto se mira en primer plano la figura del Niño Jesús desnudo que solamente va cubierto por la espalda con un paño blanco. Éste toma los objetos que se le están siendo ofrecidos por uno de los reyes que se mira postrado de rodillas frente a él. El personaje barbado y cano ha dejado su tocado en el suelo en señal de respeto frente a la figura divina y le ofrece con la mano derecha los obsequios que ha traído. El Niño es cargado por su madre María, quien observa la escena. Detrás de la mujer se encuentra José, el padre putativo de Cristo que sostiene un cayado (o vara de azucenas) con su mano derecha mientras que lleva al pecho la izquierda. Los tres personajes que conforman la Sagrada Familia llevan un halo resplandeciente, a diferencia del resto de los personajes de la representación. El otro grupo dentro de la composición está conformado por los otros dos reyes que van ricamente ataviados y un par de soldados que se asoman a contemplar la escena. Al fondo se mira una vista arquitectónica.
Este pasaje está tomado del evangelio de san Mateo, quien narra que "nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén diciendo: ¿dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle" Mt. 2, 1-2. "Ellos después de oír al rey, se pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella se llenaron se inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron; abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra". Mt. 2, 9-11
