Óleo que representa a la Iglesia Romana como una matrona sentada en un trono, sobre su cabeza se observa una pequeña flama, símbolo de la presencia del Espíritu Santo; esta coronada por una triple tiara, lleva una túnica de verde y un manto de color vino. En una pequeña columna, posa el Libro de los Siete Sellos, referido en los pasajes del Libro de la Revelación. Su mano derecha descansa sobre el antebrazo del trono, mientras que con la izquierda sostiene dos llaves en lo alto, haciendo alusión a la escena que aparece en segundo plano. El episodio describe cuando Cristo, después de su Resurrección, elige a Pedro para ser su vicario en la tierra, es decir, ser el fundamento visible y perpetuo de toda su Iglesia, como una roca firme sobre la que apoyaría la Institución para siempre. Se observa a Cristo resucitado, ataviado con túnica blanca y manto azul, en actitud de estar dirigiéndose a Pedro que aparece arrodillado con humildad; en tanto, al fondo de ellos se ve una gran piedra y sobre de ella una Iglesia. Esta obra alude al pasaje que hace San Mateo dentro de su Evangelio: "...Y te digo a ti que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré Yo mi Iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Yo te dará las llaves del Reino de los Cielos, y cuanto atares en la tierra, será atado en el cielo, y cuanto desatares en la tierra, será desatado en los cielos..." (San Mateo 16:18-19).
Observaciones del bien mueble
Originalmente este lienzo era la puerta del cancel, por lo que para evitar un mayor deterioro, se colocó dentro de esta oficina. Como el lienzo está flojo, requiere ajuste en los bastidores. En la orilla izquierda se observan todavía las bisagras.
