Puede considerársele representación poco común, sobre todo para la época en que fue hecha la pintura, pleno siglo XX. Una mujer de aspecto indígena ricamente ataviada se halla sentada sobre una roca y en medio de un paisaje, en cuyo primer plano sobresale una palmera, en alusión seguramente a la Virgen. En un segundo plano se observa un conjunto urbano. Leyenda: MISERICORDIAM AUTEM MEAM NON DISPERCAM AB EO.