Esta es una interesante alegoría de la Inmaculada Concepción y su relación con la mujer apocalíptica, a la que luego de tener a su hijo, el demonio se lo quería arrebatar. En este caso es el Niño -Jesús- quien armado con la cruz vence al demonio. Al hacerlo, vence al pecado original establecido en el mundo desde los primeros padres, Adán y Eva, a los que se ve a los pies de la Inmaculada. Así se cumple el plan de salvación establecido por Dios, a quien se ve en la parte superior del cuadro y llevado a cabo por el Espíritu Santo, que engendró a Cristo milagrosamente. En los cuatro ángulos se ven desde abajo hacia arriba, el sol, las azucenas, las rosas y la mujer bíblica, que son las formas simbólicas de referirse a María. Es una elaborada alegoría de fines del siglo XVIII, como puede verse por la utilización de formas de rocalla en el marco dorado que envuelve la composición.
Observaciones del bien mueble
Inscripción en la cartela: "Quod era tristis abstulit tu reddis almo germine".