Es una pintura europea o de influencia europea.
Es una alegoría donde la Santísima Trinidad y la Virgen María rodean a San José que tiene a Cristo Niño en los brazos llevandole la manita para escribir contestando a las peticiones que sus devotos le acercan por mano de un ángel.
Los devotos parecen estar sobre un navío o puerto tal como lo indica una balaustrada, los paquetes de carga y el barco en el horizonte. Puede representar la intercesión de San José por los viajeros, o bien, hacer considerar el Cielo como el puerto seguro al que se llega con ayuda de los santos y muy particularmente de San José, que también es patrono de los agonizantes.