Este altar se resuelve en un rectángulo vertical, rematado por un frontón y dos jarrones. Lo forman, una mesa de altar y dos gradas que reciben sendas columnas toscanas de madera, dejando en la calle central un nicho para San Nicolás y una base plana en donde se ubica un cuadro de ánimas. El entablamento cierra el cuerpo que se remata con el triángulo equilátero de un frontón abierto. Todo el altar lleva aplicaciones doradas con pintura.