Sobre una base de estilo rococó, se observa una escultura de bulto que representa a un personaje cuya vestimenta recuerda la de un ángel. Adelanta un pie y su pierna asoma por entre las telas. Lleva peto ceñido a la cintura y manto que lo rodea por la espalda. Con el brazo derecho sostiene una especie de cuerno de la abundancia, donde se coloca un cirio. La figura mira al frente y lleva el brazo del lateral derecho a la espalda. Esta pieza hace juego con otra del mismo tipo.
El portacirial es un gran candelero especial para sostener un cirio Pascual que se usa en las ceremonias posteriores a la Cuaresma. El cirio puede ser de tamaño y proporciones casi colosales. Cuando se enciende por primera vez, sólo puede hacerse con el fuego tomado de una de las velas que se encienden con el fuego nuevo del Sábado Santo, el portacirial se coloca cerca del Altar mayor y el cirio se considera emblema de Jesús resucitado, aunque según algunos especialistas, representa la columna de fuego que guió a los israelitas durante su peregrinación por el desierto.
Observaciones del bien mueble
Véase:
Vargas Lugo, Elisa; "El mueble religioso" en El Mobiliario novohispano, Banamex.