Esta escena se desarrolla en el techo del sotocoro. Las imágenes han dejado de ser sólo decoración con elementos simbólicos y a partir de estos personajes han tomado forma de escena. En el espacio dividido por unas bandas dobles se han ubicado una serie de ángeles músicos cuyas vestimentas muestran petos y faldellín con botas abotonadas al igual que las mangas, las alas son amplias y detalladas y los rostros muestran gestos e identidad. Están ubicados en unas especies de peanas pintadas como lo estaban los atributos de los cuatro Evangelistas. Los ángeles portan diferentes instrumentos musicales.
La pintura mural ha sido una práctica muy temprana para Nueva España. El repertorio decorativo renacentista puede considerarse conocido al ver los murales del sotocoro de Huaquechula u otros ejemplos semejantes. Esta primer pintura fue en blanco y negro y era utilizado para los conocidos "grutescos o romanos", desde allí están presentes racimos de frutas, monstruos mitológicos, elementos heráldicos, ente otros. Esta práctica no sólo fue de México, sino que existen ejemplos en Guatemala, Santo Domingo, el virreinato del Perú y el del Río de la Plata, éste último realizó numerosos ejercicios de este tipo donde se reemplazaban los costosos retablos por retablos pintados, como en este caso.
Los soportes de la pintura mural son de varios tipos, maderas, caña, adobe, ladrillo y piedra. Una capa de aplanado y de preparación está en todos los ejemplos. El color fue aplicado con los aplanados secos.
Observaciones del bien mueble
Véase:
Gutierrez, Ramón (Coord), Pintura, escultura y artes útiles en Iberoamérica 1500 - 1825, Madrid, Cuadernos de Arte Cátedra, 1995.
