El culto a las ánimas del purgatorio fue muy temprano en la Nueva España y desde el siglo XVI se conoce la existencia de Cofradías de las Animas Benditas del Purgatorio. En general en las representaciones que comienzan a abundar desde el siglo XVII, las ánimas están acompañadas por santos intercesores. Pero en este caso, en esta pequeña escultura, las ánimas están solas en una pequeña cajita, consumidas por el fuego del purgatorio. Son dos hombres y una mujer, ésta mira hacia arriba con las manos juntas, implorando la intermediación de alguien que la libere. Son piezas muy pequeñas, de devoción.