El formato de esta tela hace pensar en que ocupaba el banco de un retablo del siglo XVIII por el alargamiento y el formato mixtilíneo del perímetro. Esto se confirma con el tratamiento de la pintura, en la técnica como en la forma de dibujar la figura humana. Es posible por lo tanto decir que formaba parte de un altar de ánimas del siglo XVIII. Lamentablemente, su fragmentación impide saber a quién estaban pidiendo intermediación para salir del purgatorio. Las llamas los están quemando, son hombres y mujeres entre los cuales se ven a papas, obispos, reyes. A pesar de que la idea es anterior, desde la Edad Media se desarrolló especialmente el concepto de Purgatorio y la salvación de las pobres ánimas benditas que murieron en un estado que les impidió alcanzar el cielo.