Obra de factura popular en la que se ha representado el famoso pasaje bíblico de La Anunciación. En la escena observamos a la joven María arrodillada en humilde y sumisa actitud ante la presencia y el anuncio de Arcángel. La escena se desarrolla en un espacio interior totalmente ajeno al ambiente del Medio Oriente. La factura del Arcángel es de menor calidad que la de la Virgen: la disposición de las alas, así como el tratamiento anatómico y de paños es muy elemental. En el ángulo superior derecho aparecen el Padre Eterno y el Espíritu Santo, cuya gracia divina, representada por un haz luminoso salpicado con querubines, desciende sobre la Virgen.