En malas condiciones de conservación, como se puede observar en el desprendimiento de pintura y del dorado que cubría su pierna izquierda y parte del rico vestido elaborado en flores rojas, blancas y azules, este arcángel de ojos de vidrio lleva como atributo una media luna sostenida con la mano izquierda que le cruza el pecho, mientras que inclinando la cabeza hacia el mismo lado, alza su mirada al cielo. Es posible suponer que esta figura formara parte de un retablo pasionario, pues lleva uno de los elementos que simbolizan la pasión de Cristo, como la luna y el sol que salieron al mismo tiempo cuando murió en la cruz.