Cabeza del santo con la boca entreabierta, lo que permite ver piezas dentales, probablemente de hueso, tiene ojos de cristal, barba cerrada, bigote y pelo pintado en tono café oscuro; sus labios están pintados de color rosa y se alcanza a ver su hábito en madera estucada, estofada y policromada.
Tiene algunos deterioros en el modelado de la nariz y en la parte posterior y baja del cuello.
Se localiza dentro de una vitrina de madera, ensamblada con cristal transparente, barnizada y con tilos pintados de dorado, cuya área interna está tapizada con tela de algodón verde e hilo dorado.
Observaciones del bien mueble
Procede del Hospital de San Juan de Dios.
Tipologicamente más parece cabeza de San Ignacio de Loyola.