Escultura de Nuestro Señor Jesucristo que a pesar de estar atado a una columna, por su posición más bien recordaría una de las caídas que tuvo camino al Monte Calvario, pues está de rodillas, sosteniéndose con una mano que apoya en el piso. La otra mano sostendría la cruz. Debe decirse que el faldón de tela blanca y la cuerda con que se le ha atado una mano a la columna, de escasas dimensiones en proporción a la figura de Jesús, son de factura reciente. Su cabeza está adornada con un resplandor -posiblemente de plata dorada-. Con potencias y rayos dispuestos simétricamente en torno a un gajo de luna investida, decorada con motivos vegetales (el resplandor está hecho con las técnicas del repujado y cincelado).
D. E. ALVAREZ GAZCA.
"Imágenes Bíblicas" en Material Didáctico del Curso de Iconografía. "El Simbolismo de la Arquitectura Religiosa", 1989.