La iconografía de este tema ha quedado registrada en la cédula No. 106. Cristo está representado vivo en la cruz, con la cabeza inclinada hacia el lado izquierdo y los ojos abiertos mirando al cielo. Tanto el pelo como la barba, la boca y los ojos están pintados. El cuerpo, muy estilizado, tiene huellas de un conocimiento de la anatomía humana y un gusto por lograr un realismo del gusto decimonónico: venas, músculos, huesos y tendones. El paño de pureza es pequeño, con lo cual es desnudo se luce más. Cristo lleva los brazos muy levantados, forma que comenzó en las representaciones del norte de Europa en el siglo XVII y continuó con éxito, del mismo modo que los cuatro clavos en vez de tres, que dan mayor reposo a la figura. La tensión está puesta en los brazos y se aquieta en las piernas.
Observaciones del bien mueble
En los dos brazos se ve el corte de la pieza de marfil.
Esta imagen, que forma parte del patrimonio de la catedral, está en la capilla de la casa particular del Obispo.