La escultura está colocada sobre unas andas de madera y fierro, lo que sugiere su carácter procesional. Estas andas están colocadas a su vez sobre una mesa de altar exenta que posiblemente permaneció a un retablo hoy desaparecido. La escultura no presenta deterioros de importancia siendo particularmente notable la gran calidad del encarnado del rostro y manos.