Cristo Crucificado

Descripción del bien mueble

Cristo crucificado expirante, todavía con los ojos entreabiertos, pero con la cabeza ya totalmente vencida hacia el pecho y un poco a la izquierda. Tiene la boca abierta y se le ha puesto peluca. Es fijado a la cruz mediante tres clavos manteniendo el pie izquierdo sobre el derecho. Gruesos hilos de pintura roja recorren desde la palma de la mano hasta la mitad del antebrazo. Otro más desciende desde el cuello por enfrente del pecho. Tiene ya la herida del costado y las rodillas completamente en descarnadas.
Ha sido vestido con un cendal de terciopelo rojo con encajes dorados de factura contemporánea.
La cruz en la que está tiene remates de plata en los laterales o cantoneras y está coronda por una cartela blanca con forma de rombo en la que se lee la inscripción: "INRI".
Si sólo hubiese sido ajusticiado por sus correligionarios como blasfemo, Jesús debió sufrir el suplicio, específicamente judío, de la lapidación, sin embargo se le infligió el suplicio que correspondía a los esclavos fugitivos en rebelión contra su amo: la crucifixión. Este suplicio era esencialmente romano, pero de origen persa. Había sido inventado para que el condenado no ensuciara la tierra.
Louis Réau, Iconografía del arte cristiano. Iconografía de la Biblia. Nuevo Testamento, Barcelona: Ediciones del Serbal, 2001. p. 480.