Las primeras imágenes de Cristo en los primeros tiempos del cristianismo lo representan como EL BUEN PASTOR y desde fines del siglo IV y principios del siglo V aparece en la Catacumba de Santa Domitila como lo conocemos con un nimbo rodeando su cara barbada. Colocado en una cruz, El Salvador ya muerto con los ojos cerrados tiene la cabeza inclinada sobre el hombro derecho. La cara es de rasgos finos y el pelo que cae detrás de los hombros. Los músculos y huesos de las costillas nos dan la sensación que no ha quedado aire ni sangre en su cuerpo.
Observaciones del bien mueble
En mal estado de conservación, la escultura esta repintada.
Materiales constitutivos
Madera, Cola, Tela, Blanco de España, Pigmentos al óleo