Figura de cuerpo completo de Cristo unido a la cruz por tres clavos. La cruz, policomada de verde sostiene una cartela en la parte superior con las siglas INRI. Cristo con los brazos extendidos y la cabeza se inclina sin fuerza, con los ojos cerrados, hacia el lado izquierdo. Muestra la boca entreabierta en la iconografía del Cristo expirante. Lleva una corona de espinas de metal que parece agregada. La figura está cubierta por un paño de pureza dorado recientemente y plano. Las rodillas se flexionan hacia adelante y los pies uno sobre otro descansan unidos por un clavo la cruz. La policromía intenta acentuar el dramatismo de la figura se detalla en las rodillas lastimadas y sangrantes, la herida del costado y en las diferentes líneas en color oscuro que se le han agregado.
Al retomar los últimos instantes de la vida de Cristo, el arte genera una mayor variedad de representaciones para plasmar tanto en la pintura como en la escultura. De esta manera, el artista representó a Cristo con la herida en el costado y los labios entreabiertos, exhalando el último aliento de vida después de pronunciar: "'Padre, en tus manos pongo mi espíritu', y dicho esto expiró" (Lucas 23,46).
De este modo, es a partir del siglo VI cuando Cristo aparece en la cruz con forma humana; es en el transcurso del siglo XII cuando se le representa crucificado vivo padeciendo el martirio, para finalizar con el momento culminante de su muerte.
La pieza parece modelada en algunos sectores, pliegues en el pecho, la conclusión de brazos y entrepierna parece indicar una técnica mixta.
