Ocupa el ciprés del altar quedando protegido por una puerta de cristal. Es una imagen de Cristo muerto, con la cabeza inclinada hacia el frente, lo que le confiere cierta originalidad al darle sentido de verticalidad a la pieza. Esto se repite en la posición de los brazos que son casi horizontales y perpendiculares al cuerpo, con cierta deficiencia en su labrado, lo que nos inclina a pensar que proviene de un artista indígena. El rostro es delgado, de tipo asiático con grandes orejas quedando estas visibles ya que la peluca natural que porta pasa atrás de ellas. Cubre su cabeza con una diadema de tres potencias de metal sobredorado, similar a los clavos que sujetan la cruz de las manos y los pies, estos ultimos se sobreponen desarticulando el izquierdo para poder fijarse al mismo clavo. Las heridas son profundas y de ellas brota la sangre en cantidad considerable.
Observaciones del bien mueble
ROLLO- 6495 y 7290 Copia de la imagen del Sr. de Tlazazalca