Crucifijo de madera, con resplandor de metal, que posee su piel ennegrecida, seguramente para recordar a la imagen tan venerada en Guatemala y Chiapas, Nuestro Señor de Esquipulas, el cual es de tez oscura. A esta imagen se le ha vestido con un enorme cendal de tela con adornos dorados, que evitan apreciar la figura por completo. Además en la cabeza, rodeando al resplandor se ha colocado una tela con estampados. El resplandor, elaborado con metal dorado, lleva una diadema adornada con motivos florales y de la cual sale una serie de haces de rayos que forman picos.