Pintada en una gruesa cruz de madera, la imagen de Cristo se parece a las representaciones bizantinas por la frontalidad y por tener los contornos de las diversas partes delimitados en color obscuro. Ya muerto el Cristo tiene la cara ligeramente tornada a su derecha y las extremidades, brazos y piernas, están perfectamente extendidas. Esta pieza la donó Doña Inés Figueroa.
Observaciones del bien mueble
SU ESTADO REGULAR DE CONSERVACION LE DA UN HALO ESPIRITUAL. LA PINTURA DE LA CRUZ PARECE HABER SIDO RASPADA CUIDADOSAMENTE DEJANDO SOLO COMO CONTRASTE AL CRISTO.