Pintura en la puerta del sagrario del ciprés, que remata en medio punto. Es una representación de la Verdadera Imagen de Cristo (veros-iconos) de allí el nombre de Verónica, el personaje que enjugó el rostro de Jesús, camino al Calvario.
La obra muestra el recurso tenebrista demostrando que el paño donde se manifestó la faz, irradia su propia luz, ya que el fondo se observa en total obscuridad.