La Virgen como madre dolorosa, lleva clavado un puñal en el corazón. En la mano izquierda sujeta un trapo blanco -que pudiera ser la sábana con la que envolvieron el cuerpo de Cristo- así como los clavos y la corona de espinas -símbolos de la Pasión-. Está vestida de azul y tiene la cara con más huellas de color que de dolor. Se puede datar en los principios del Siglo XIX.