Escultura de una mujer joven de pie, de ella solo se aprecian la cara y manos. Lleva cabellera natural larga y ondulada. Las manos están abiertas y muestran las palmas; las tiene colocadas al frente, a la altura de la cintura. La cara, de tez blanca, facciones finas, mirada hacia el frente, boca chica y su expresión denota angustia y dolor.
Carece de atributos personales. Por la manera en que se encuentra vestida, a esta imagen el culto local la venera como a la Virgen de la Soledad.