En esta pintura se ve a Cristo ya muerto, a quien han bajado de la cruz y colocado sobre el regazo de su madre. La Virgen María con gesto afligido pero paciente le sostiene la cabeza, mientras algunos de los asistentes acarician sus manos sangrantes. A los pies de María se ven la corona de espinas y los clavos. El grupo que rodea a Cristo tiene mucho movimiento. En primer plano una mujer abraza a un niño que llora: es la Caridad que siempre aparece con un niño, pero en este caso se le agregó el detalle del llanto. Detrás, contra un somero paisaje se recorta la cruz, con la escalera que sirvió para bajar el cuerpo de Cristo. Nuevamente su cuerpo desnudo es el centro del cuadro y fuente de luz para el resto de la composición.