Representa al evÁngelista San Mateo. En la composición se observa un hombre barbado, con túnica verde y capa de pieles. sosteniendo un libro en la mano izquierda y una enorme hacha con la derecha, lo cual indica que el pintor se equivocó de simbología, ya que el hacha es símbolo inequívoco de San Matías; sin embargo se intenta representar a San Mateo, ya que en la esquina inferior izquierda hay una leyenda que dice:"Sn. Matheus". Otra razón por la que se debe considerar que representa a San Mateo, es que esta pintura es la cuarta de una serie de cuatro dedicadas a los evÁngelistas. que se encuentran en los muros diagonales de la sacristía. Según el sacristán y otros integrantes de la comunidad jesuita que administran el lugar, estas pinturas se pueden atribuir a un pintor jesuita conocido como el padre Carrasco.