Los Evangelios dejan la infancia de Jesús en Galilea y retoman su historia cuando se encuentra con san Juan Bautista. Esta carencia de información sobre la infancia de Cristo se vio satisfecha con los Evangelios Apócrifos, que llenaron un hueco importante para la devoción y la piedad populares. De uno de estos evangelios, el de la Infancia de Cristo, podría proceder el tema de esta pintura que resulta un tanto enigmático. Podría representar el momento en que Cristo niño está jugando con un cántaro y lo rompe. Como en estos evangelios Cristo juega con los milagros como niño, lo vuelve a armar y a colocar el agua que traía.