La escena está dividida en 4 etapas: de izquierda a derecha, vemos primero a San Pedro, semi calvo y con las llaves del cielo que lo identifican; luego está representada la muerte de este mismo santo, crucificado de cabeza, sigue la conversión de San Pablo, cuando Cristo se le aparece y lo tira del caballo; finalmente, San Pablo está de pie, a la derecha, sosteniendo la espada que lo identifica.