En la pintura vemos a una mujer vestida de verde, con cinturón dorado y manto rosa, lleva sobre el pelo una corona de flores. Con la mano derecha se está tocando el pecho y con la mano izquierda sostiene un ancla. A su derecha se observa un amorcillo que sostiene una flecha y una os. Esta pintura puede ser una alegoría de la Esperanza. En la simbología clásica retomada especialmente en el siglo XIX y adaptada a la religión católica encontramos que: el ancla es símbolo de seguridad y esperanza, "La esperanza como un ancla del alma, firme y segura" (Hebreos: 6,19-20). Identificada por la discreta presencia del ancla símbolo de la salvación por sus cualidades de firmeza y solidez, viste túnica verde, color propio de los campos que prometen abundantes cosechas y va acompañada por la figura de un halcón.
Observaciones del bien mueble
La pintura está adherida al muro de un luneto; presenta roturas en el área de la cabeza del personaje principal.