Esta pintura representa una muy conocida escena de la iconografía franciscana, vinculada a la aparición de Cristo y a la estigmatización de San Francisco. Este es el momento exacto en que San Francisco está recibiendo los estigmas como se puede ver en los pies: dos rayos de sangre salen de los pies de Cristo y se dirigen hacia los pies del santo, mientras un fraile mira la escena con asombro. En el fondo hay un paisaje azuloso, donde a la manera de narración simultánea, se ve a un fraile arrodillado, seguramente el mismo San Francisco agradeciendo la gracia recibida.
Observaciones del bien mueble
Al fondo y sobre la cabeza del santo tiene una filacteria con la inscripción: "HIC EST GRATIA DEI".