La fachada de la iglesia de Santo Tomás tiene las características inconfundibles de la arquitectura del siglo XVI. En la portada, se ve un arco de medio punto limitado por dos pilastras achaparradas. Un gran alfiz -como el de Angahuan- remata la puerta y sobre aquél, una ventana del coro. Todo termina con unas formas mixtilíneas en la cornisa, agregadas en el siglo XIX. El interior es una planta salón, con testero plano y cubierta de viguería con ménsulas ornamentadas.