La decoración mural está pintada en blanco y negro sobre fondo naranja y consiste en ramajes simétricos con hojas, flores, frutos, aves y rostros fantásticos que se entrelazan con jarrones y cartelas que muestran la faz de Cristo, a manera de grutescos. Los motivos se repiten a lo largo del pasillo interior sur, en la planta alta del convento, marcando el arranque de la techumbre de viguería.