De pie y descalza, sobre un mundo con una serpiente enroscada. Ojos de cristal, pestañas y cabello naturales. Indumentaria en azul y blanco, no original. La Inmaculada Concepción es la representación de la nueva Eva triunfante, pisando la cabeza de la serpiente, típica figuración del ángel rebelde que tentó a Adán y Eva. Los colores de su indumentaria fueron establecidos de acuerdo a la relación que de su aparición hiciera la Virgen a la portuguesa Beatriz de Silva, fundadora de la orden de la Purísima Concepción, confirmada por el Papa Julio II en 1511. M. Trens, María, Iconografía de la Virgen en el arte español, 1946, pp. 175-178.