Clave del bien mueble
MX-SC-DGSMPC-BM-001348-000104-000
Número de Cédula
104
Tipo de objeto (texto)
Pintura
Tipo de objeto
Nombre o título del objeto
Inmaculada Concepción
Inmueble de pertenencia
Nombre del Inmueble
Santa Inés
Autor
Anónimo
Época
ss. XVII - XVIII
Siglo de creación
Descripción del bien mueble
Lienzo de formato vertical con marco arquitectónico de madera. Al centro una figura femenina sobre una peana de querubines y sobre un mundo celeste que puede reconocerse como la Virgen María, vestida con túnica blanca y manto azul. Sus manos están a la altura del pecho en señal de oración y mientras el cuerpo gira hacia el lateral iquierdo, la cabeza equilibra este movimiento circular llevando la cabea hacia la derecha. Su cabeza está coronada de estrellas. La Virgen se ubica en un paisaje abierto cuyo elemento principal es la figura de Dios Padre en la parte superior que se abre paso con los brazos extendidos entre las nubes. A los lados, grupos de querubines que escoltan la escena. A los lados de la Virgen, unos angelitos sostienen un espejo y en esa amplitud del segundo plano se pueden reconocer los elementos que simbolizan a María de acuerdo a la Letanía Lauretana. Es una pintura que responde a modelos muy cultivados en Europa, transmitidos también a través de estampas y que fueron realizados en numerosas oportunidades desde el siglo XVII en la producción local.
La Inmaculada Concepción se ubica dentro de los temas de la Virgen antes del nacimiento del Niño. Este tema como la Maternidad virginal deben ser estudiados en conjunto, ambos temas derivan de la misma fuente, es decir, la mujer elegida por Dios para ser la madre de su Hijo. Allí la necesidad de que esta mujer está limpia de todo pecado, especialmente del pecado original.
La iconografía de la Inmaculada concepción se realizó de dos modos, mediante el abrazo de Ana y Joaquín y hacia finales de la Edad Media parece la imagen de la Inmaculada enviada desde el cielo por Dios, Ella desciende a la tierra y se la representación las letanías.
Ficha realizada por Rogelio Ruiz Gomar para la obra de Baltasar Echave Ibía (1585 - 1605 - 1644) (10)
VER: Réau, Louis; Iconografía del arte cristiano. Iconografía de la Biblia. Nuevo testamento. Tomo I/ Volumen II. Ediciones del Serbal
Trens, Manuel; Iconografía de la virgen en el arte español. Madrid, Plus - ultra, 1946
De acuerdo a San Agustín, el pecado original se transmite a través de la concupiscencia de nuestros padres. En la primitiva iglesia de Occidente nadie ponía en duda que la virgen fue concebida y alumbrada en pecado. Para la iglesia Oriental la única excepción era María. Para el siglo VIII ya se conmemoraba la fiesta de la concepción de Santa Ana. Para el siglo XI ya se festejaba en Inglaterra y poco después en Lyon. La creencia de que María fue concebida inmaculadamente comenzó a propagarse como una creencia piadosa que buscó sus argumentos dogmáticos: El tema fue motivo de intensos debates en las universidades y al interior de las órdenes religiosas, principalmente entre los agustinos (maculistas) y lo0s franciscanos (imaculistas) a éstos últimos se les sumaron los integrantes de la Compañía de Jesús. A partir de 1534 fecha de su fundación. Comenzó como una devoción a los monarcas y adquirió un estatus casi político al considerarse a la Purísima Concepción como protectora del mundo hispánico.
La iconografía se conformó lentamente, será hasta el siglo XVII cuando los artistas adquieren una iconografía más definida. "...aquella en que se le ve suspendida sobre un fondo de nubes, prácticamente sola o acompañada por unos cuantos angelitos, misma a la que ya se han transferido algunos elementos que correspondían a la visión de la Mujer del Apocalipsis descrita por Juan en el capítulo 12 de su libro. "Estar coronada de estrellas, vestida de sol y parada sobre la luna"
Antes de que la imagen se impusiera se propagó otro tipo de imagen es aquella en las que aparece María rodeada de angelitos que portas los símbolos de su letanía, elemento que pone en énfasis la limpieza de su concepción.
"El nombre de TOTA PULCRA que se suele aplicar a estas imágenes deriva de la filacteria que suele correr por el borde superior TOTA PULCRA ES AMICA MEA ET MACULA NON EST IN TE (Toda hermosa eres tu amiga mía, y no hay mancha en ti") la cual no obstante que proviene del libro del Cantar de los cantares (4, 7) ya que en ese contexto es pronunciada por el hombre para exaltar a su amada, se encontró que se podía aplicar perfectamente para aludir tanto a la pureza como a la naturaleza sin mancha de María. Sólo que el cuadro que nos ocupa se agregó ORIGINALIS, después de "Macula" para reforzar lo que se predicaba de la Inmaculada Concepción: "y no hay mancha original en ti". (204)
La mayor parte de los elementos que se gustó poner forman parte de la "Letanía lauretana" (Aprobada como única para ser usada en 1631) derivada de fuentes literarias especialmente el Antiguo Testamento. Del Cantar de los Cantares la representación de la luna y del sol: (Electa ut sol "Escogida como el sol" Pulcra ut luna "Hermosa como la luna") la del lirio ("lirio entre las espinas") la de la torre con baluartes elegida para hermosura y defensa de Jerusalén (Turris Davis ) La imagen del jardín cerrado (Ortus conclusus) y la del pozo o de la fuente ( Eres fuente de aguas vivas) Por su parte la ciudad que alude ala Cívitas Dei ("Cosas gloriosas se dicen de ti ciudad de Dios) viene de uno de uno de los salmos; el espejo sin mancha fue extraído del Libro de la Sabiduría y las edificaciones o portadas de una construcción (Templun Dei o Porta Coelli) puede venir del Génesis. Finalmente Stella Maris (estrella de mar) se tomó de un himno litúrgico medieval. Se utilizaron hasta 20 con sus inscripciones pero gradualmente las inscripciones fueron desapareciendo y no se utilizaron todos los símbolos.
Colaboración en la construcción de esta iconografía de Juan de Juanes quien la pintó en 1576 pero también se sabe que circuló en grabados del norte de Europa y en libros de horas.
Estas composiciones se comienzan a usar en España en la segunda mitad del siglo XVI y su uso se extendió a Nueva España realizándose hasta bien entrada la siguiente centuria y también durante el siglo XVIII.
Es interesante destacar que el color de la vestimenta de la obra que guarda el Museo representa a la virgen vestida de Blanco y azul, fue hasta mediados del siglo XVII que se impusieron esos colores para su indumentaria entre los artistas de la península española. Sin embargo, aún artistas como Velázquez, Zurbarán y Ribera gustaron representar a la virgen vestida con los colores rojo y azul habituales para María. En ese cambio de color tuvo mucho que ver la beatificación de Beatriz de Silva (1636) monja portuguesa que había experimentado una visión de la Virgen vestida con esos colores a finales del siglo XVI y el que la propia religiosa adoptara dichos colores para el hábito de la orden femenina que fundó y que puso, precisamente, bajo la advocación de la Purísima Concepción.
VER: Catálogo comentado del acervo del Museo Nacional de Arte. Nueva España, Tomo II. México, CONACULTA, Museo Nacional de Arte, junio 2004.
Observaciones del bien mueble
Esta pintura de gran formato presenta numerosos problemas de conservación. A simple vista se observa el daño a lo largo de la parte inferior, donde el lienzo está roto.
Materiales constitutivos
Tela, Pintura
Técnica de manufactura
Óleo sobre lienzo
Alto 1
3.65
Ancho 1
3.2
Profundidad 1
0