Imagen principal
Clave del bien mueble
MX-SC-DGSMPC-BM-002194-000023-000
Número de Cédula
23
Tipo de objeto (texto)
Pintura
Tipo de objeto
Nombre o título del objeto
Inmaculada Concepción
Autor
Anónimo
Época
S. XVIII
Siglo de creación
Descripción del bien mueble
El dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María es el fin de un refinado argumento de dos doctrinas fundamentales en la Iglesia Católica. El culto a la Virgen María se basó en su papel fundamental en la Encarnación de Dios y la preservación absoluta de cualquier mancha de pecado sobre María, la convirtió en el instrumento apropiado para que Dios se convirtiese en hombre. Esta idea provocó tanta controversia como otro dogma de la iglesia que expresa unión mística: la verdadera presencia de Dios en el pan y en el vino de la Eucaristía. La polémica de la transbubstansiación que obsesionó a la reforma protestante. Pero la polémica sobre la Inmaculada Concepción impactó sobre los propios católicos que se dividieron en inmaculistas y antiinmaculistas. La idea de la inmaculada concepción se originó en la iglesia griega y de allí pasó al occidente. Prácticamente todos los teólogos medievales se opusieron la idea de la inmaculada concepción, a pesar de lo cual ésta siguió floreciendo. La polémica durante los siglos XVI y XVII siguió los lineamientos trazados desde el siglo XIII. Tomás de Aquino se oponía a este concepto afirmando que la gracia de la santificación de María significaba que ella había sido liberada del pecado original después de la concepción y antes del nacimiento. Los maculistas dominicos continuaron defendiendo esta posición. En cambio, los inmaculistas franciscanos seguidores de Duns Scoto, decían que si Dios estaba en posibilidad de hacerlo, lo hizo. La batalla entre las dos órdenes comenzó en la Universidad de Paris en 1387 y continuó por lo menos por quinientos años. La atención muy especial que los teólogos españoles le dieron al tema se hace patente en la importancia que tuvo en el arte. Se convirtió incluso en una cuestión de importancia política. Especialmente porque la devoción a la Inmaculada Concepción se ha caracterizado por ser una doctrina especialmente popular. Aunque en realidad es complicada como doctrina, se expresó de manera cada vez más clara, hasta alcanzar la forma que se ha considerado como definitiva, que es la que consolidó Murillo a fines del siglo XVII. Esta codificación es la que se continuó en este óvalo. La Virgen es una mujer muy joven casi una niña como las que pintó Zurbarán. Está parada sobre un banco de nubes donde los elementos más importantes son la luna bajo sus pies y la serpiente con la manzana en la boca. Las dos manos juntas adelantadas a la altura del pecho se inclinan sobre un lateral y llama la atención el tamaño de las mismas, ya que resultan muy grandes para el tamaño de la Virgen. Está vestida con túnica blanca que cae en pliegues hacia el piso y un manto azul que vuela sacudido por un viento sobrenatural. La cabeza está rodeada por estrellas: es el stellarium, las doce estrellas tal como se describe en el libro de las Revelaciones 12,1. La bella cabeza de la Virgen Inmaculada está rodeada por un velo de gran transparencia que cae sobre el broche de oro que cierra la capa.
Observaciones del bien mueble
Sin Información
Materiales constitutivos
Tela, Pintura
Técnica de manufactura
Óleo / Tela
Alto 1
0.88
Ancho 1
0.58
Profundidad 1
0