Imagen de la Virgen María en su advocación de Inmaculada Concepción, tiene la luna a sus pies, está de pie sobre el mundo rodeado de dos pequeños tronos. Es una talla barroca, de muy buena calidad, estofada y decorada con flores de colores llamativos. El tratamiento del vestido es exuberante, con ropas de formas caprichosas, elementos propios del barroco. El cuerpo de la virgen tiene movimiento formando la típica "S" del barroco, tiene una pierna doblada y proyectada hacia adelante. Actualmente se encuentra colocada en el nicho que remata la parte superior de la reja de acceso a la primera capilla lateral.
La Inmaculada Concepción es el privilegio del cual la Virgen María es la única que ha sido concebida sin pecado entre todos los descendientes de Adán y Eva. La Inmaculada. Aquella que fue elegida antes de haber nacido, en la eternidad "Av aeterno ordinata sum. Nondum erant abyssi et ego jam concepta eram" (Prov. 8:22). Por esa razón se le representa muy joven. Ella desciende del cielo a la tierra para redimir la falta de Eva.
La Virgen Inmaculada, enviada por Dios que la había elegido para la obra de la Redención. De pie sobre la luna, coronada de estrellas, extiende los brazos como las orantes de las catacumbas, o une las manos sobre el pecho. Para distinguirla de la Asunción, se le representa con los ojos dirigidos hacia la tierra, al tiempo que aquélla los tiene elevados al cielo donde Cristo la espera. Otra característica de la Inmaculada Concepción es que se presenta rodeada por símbolos de la Letanía lauretana en la pintura.
