Pintura de gran formato y de factura popular, con los tonos apastelados propios de finales de siglo XIX y principios del XX.
El tema expuesto en esta obra es el momento en que presentan a Jesucristo a una mujer descubierta en flagrante adulterio y solicitan su parecer sobre si han lapidarla o no. Jesucristo responde que aquel que no tenga pecado tire la primera piedra, al tiempo que se pone a escribir con el dedo en el suelo.
Los personajes tienen ropajes que no remiten a una época o momento preciso, lo que inscribe a esta obra totalmente dentro del estilo ecléctico.