Esta escena tan representada muestra aquí características totalmente diferentes a las tradicionales. La imagen de Cristo montado en un burro entrando a la ciudad, si bien está en el centro del cuadro, está rodeado por un paisaje urbano que creció hasta ocupar el alto total de la pintura y por una multitud tan llamativa que lo envuelve. El pintor encontró muchas escusas para representar cuerpos semidesnudos y así poder mostrar su capacidad para hacerlo. Los movimientos d la gente alrededor de Cristo tienen un enorme atractivo y aunque muchos pueden reconocer sus fuentes en la tradición de la pintura italiana, muestran un tratamiento neoclásico de enorme interés.