Cristo en la cruz es el tema central de la iconografía cristiana. Su representación varió mucho a través de los tiempos, reflejando la evolución del sentimiento religioso. La tradición cristiana siempre ha admitido que Jesús fue clavado a la cruz. Generalmente se lo representa con tres clavos, pero este caso sigue una línea de representación con cuatro clavos que tiene importantes seguidores (Zurbarán en España, Juan Correa en México) y que recomendaban algunos tratadistas españoles del siglo XVII. En el costado de Cristo ya se ve el golpe de la lanza que fue el final del suplicio, con lo que no se llegó a romper las piernas, para que se cumplieran así las escrituras. En esta típica escena de Calvario, Cristo muerto en la cruz, aparece rodeado de la Virgen María, María Magdalena abrazada a sus pies y san Juan evangelista. La escena y la gestualidad de los tres personajes denotan tranquilidad y aceptación del hecho consumado. En este sentido y también en relación con el color de iluminación pareja del cuerpo de Cristo, es donde se ve con claridad la huella del neoclasicismo
Observaciones del bien mueble
En la parte superior del marco lleva el No. XII. Se le atribuye a Chovet por formar parte de la misma serie.
