Escultura coyunturada que representa a Jesús en trance. Las coyunturas permiten que la figura se presente tanto crucificada como acostada, estado en que se encontró. El cuerpo es increiblemente ligero, denotando el uso de maderas ligeras y caña de maíz; el estucado suena hueco, indicando que, o está separado de su base o se concibió como una especie de coraza en torno a éste; la encarnación se ve en buen estado a excepción de los puntos de especial tracción o rozamiento, como en las manos y en general todas las coyunturas. Tanto el estucado del cuerpo como las coyunturas están reforzados con cuero de becerro o tela de algodón o lino, pero en estos últimos el cuero o la tela han perdido su estuco, o de plano se han roto; este es el caso en los pies y en el cuello. La cabeza está fijada al centro del cuello por una cuerda, además de la tela de la superficie, por lo que se puede imaginar el dramatismo que se alcanzaría con la figura crucificada en procesión, en que con cada movimiento la cabeza se bamboleara, literalmente, como la de un muerto. Actualmente se presenta solamente en catafalco reciente de madera de caoba con caras de vidrio. Las heridas y chorros de sangre son muy impresionantes. muy al gusto del siglo XVIII; los ojos cerrados tienen pestañas y el cabello es esculpido con gran sensibilidad. Incluye un taparrabos en terciopelo rojo con ribetes de hilo de oro.
Observaciones del bien mueble
La pieza muestra alguna infestación por insectos y puede estar afectada por hongo seco.
