La escena es nocturna. En el centro se encuentran la Virgen y el Niño y detrás de ellos, como siempre en segundo plano, san José. Los rodean los pastores, algunos de pie y otros arrodillados. En la parte superior hay unos angelitos con la conocida frase: Gloria in excelsis. La luz de la composición está centrada en el cuerpo del Niño desde donde se irradia, iluminando parcialmente a los personajes que lo rodean.